11.11.04

Adam Pontipee



Posted by Hello
      Uno tiende a ser de ánimo depresivo y a sufrir constantes cambios de humor. Cuando esto ocurre, recurre a las mismas alternativas que el común de los mortales: o se tumba en la cama /un sofá, refocilándose en su propia mierda y lamentándose de lo injusto que es el mundo con él... o busca algo que le alegre la vida, que le demuestre que las situaciones de este tipo son algo transitorio y que, a no ser que tengas un problema auténticamente serio, siempre hay un motivo para al menos esbozar una sonrisa.

      Una de mis "medicinas" más socorridas es ver alguna película plena de ánimo de vivir, sano humor y buenos sentimientos. Y en este sentido, el musical, con sus tradicionales historias de romances felices, canciones pegadizas y números de baile vivaces, es un campo abonado. Claro que uno pretende huir del musical más almibarado y empalagoso, y se centra en estas ocasiones en aquel que presenta un humor más... si no "profundo", por lo menos ligeramente "gamberro". Así que cuando uno anda con el alma por los suelos, enciende la televisión y se pone a disfrutar por enésima vez de maravillas como Cantando bajo la lluvia, Ellos y ellas, My fair lady, La leyenda de la ciudad sin nombre... o Siete novias para siete hermanos. Nota: otras películas no musicales también valen para este empeño, y El hombre tranquilo o Dos en la carretera, por ejemplo, son algunas de ellas... pero estas merecen un post por sí mismas, y quizás algún día lo haga...

      Como alguno habrá supuesto, esto viene a colación del reciente fallecimiento del actor Howard Keel. Como en muchos casos, el momento de Mr Keel ya había pasado, y de hecho pertenece a ese grupo de gente ya olvidada por la mayoría, y que cuando muere provoca comentarios del tipo "Ah, ¿pero aún vivía?". Así que tenía yo muy olvidado a Keel, pero de ninguna manera tenía olvidado a Adam Pontipee.

      Keel, aparte de una presencia física imponente y una voz poderosa, aportó a sus personajes en sus principales películas una chulería e ironía incandescentes, dando la impresión de un personaje muy pagado de sí mismo, encantado de conocerse, pero al mismo tiempo capaz de una ternura nada ñoña. Desde pequeño quedé fascinado con su vigorosa entrada en el pueblo de Siete novias para siete hermanos, desaliñado pero sonriente, cantando a voz en grito eso de "Bless your beautiful hide / wherever you may be...", seguro de que no salía del pueblo sin llevarse una esposa... Y todavía me encantó más intentando convencer a sus hermanos que la mejor forma de conseguir el favor de las chicas de sus amores era reeditar el rapto de las Sabinas...


      En estos tiempos de corrección política puede asustar el machismo más que latente de la película, pero, una vez que somos conscientes de él y renegamos del mismo, hay que permitir ser llevados por el ritmo frenético de aquella, por sus hermosas canciones, los vivarachos diálogos, los extraordinarios números de baile... Realmente no tiene sangre en las venas quien, visto la película, no se haya emocionado con el lamento de los hermanos enamorados sin esperanza bailando al ritmo de sus labores mientras cantan eso de "I'm a lonesome polecat / Lonesome, sad, and blue / 'Cause I ain't got no feminine polecat / Vowin' to be true"...


      Keel ya había hecho un papel misógino y machista con la misma chulería en Kiss Me Kate, otra maravillosa película donde a los acordes de Cole Porter -y la coreografía de Bob Fosse- asistíamos a los preparativos y posterior representación de un musical basado en la shakesperiana La fierecilla domada... aquí era el actor que trata de recuperar a su esposa mediante todo tipo de artimañas y el noble italiano recién casado que pretende llevar por la buena vereda a su dominante e irascible mujer... No duden ustedes que consigue ambos objetivos.

      Me duele, aunque a él le sirvió de mucho en el ocaso de su carrera y me alegro por ello, que en ciertos obituarios se haya recordado más a Howard Keel por su papel en la teleserie Dallas que por los encantadores crápulas que creó en la gran pantalla... Para mí Keel siempre será Adam Pontipee, y le agradezco todas las depresiones que me ayudó a superar, junto a sus "hermanos", Jane Powell, Stanley Donen y demás... Bless your beautiful hide, Mr Keel... wherever you may be

Imagen © Warner Home Video